La sandía Valentina es verde como el césped y roja como la sangre, tiene semillas negras como la noche y sus ojos son celestes como el mar.
Vive en una verdulería grande con muchas frutas. Su repisa es grande y...marrón.
Un día una persona que ni si quiera sabía quién era, la agarró con una sola mano y se la llevó. No se podía bajar de la repisa porque no tenía piernas.
Entonces su dueña se la comió y la disfrutó mucho.
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