Por Emilia y Lucía M.
Una vez en un reino muy lejano con solo gatos y gatas había una pizza y una plaza. La plaza era sagrada y la pizza era sagradamente rica y había una reina gata exagerada llamada Antonela pero las aldeanas del pueblo le enseñaron el camino del bien.
Una vez en un reino muy lejano con solo gatos y gatas había una pizza y una plaza. La plaza era sagrada y la pizza era sagradamente rica y había una reina gata exagerada llamada Antonela pero las aldeanas del pueblo le enseñaron el camino del bien.
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